El ozono es un gas incoloro e inodoro. En realidad se trata de una variante del oxígeno que tiene tres átomos en vez de dos. Es frecuente que se piense que el ozono es beneficioso para el hombre, dado que así sucede con la capa de este gas que envuelve la Tierra y que la protege de las radiaciones procedentes del espacio exterior. Sin embargo, cuando el ozono se acumula en las capas inferiores de la atmósfera, se lo considera como un contaminante, pues no solo daña la salud, sino que es capaz de producir la corrosión de los edificios y las rocas.
La Organización Mundial de la Salud ha establecido que cuando la concentración de ozono en el aire que se respira es superior a los 240 µg/m3 y ésta se mantiene durante más cierto tiempo, existe un claro riesgo para la salud: reduce considerablemente la función pulmonar, inflama las vías respiratorias y exacerba el asma, además de favorecer las infecciones respiratorias.
Grupos de riesgo
Pese a la cifra impuesta por la OMS como límite de seguridad, lo cierto es que la sensibilidad al ozono varía de una persona a otra y existen determinados grupos de riesgo que deberían tomar precauciones:
· Personas con enfermedades respiratorias crónicas: la inhalación de ozono puede agravar los síntomas de su enfermedad. En el caso los asmáticas, podría desencadenar crisis de exacerbación.
· Niños: son los más sensibles, especialmente si pasan mucho tiempo jugando al aire libre.
· Adultos: aquéllos que realizan una intensa actividad física en el exterior, como trabajadores urbanos, obreros de la construcción, los deportistas, etc. Con la actividad se aumenta la frecuencia respiratoria y por tanto se inhala mayor cantidad de aire contaminado.
· Personas alérgicas ozono o especialmente sensibles.
Efectos del ozono en la salud
Los efectos sobre la salud dependerán del grado de exposición al ozono (tiempo y cantidad):
· Envejecimiento prematuro de los pulmones.
· Deterioro de la función pulmonar.
· Irritación de los ojos, la nariz y la garganta.
· Tos.
· Ataques de asma.
· Dolores de cabeza.
· Alteración del sistema inmunológico.
El ozono es un método de desinfección que NO está probado contra el COVID-19, así que su eficacia no está evidenciada.
Además de éste factor, al no ser un BIOCIDA, las desinfecciones no se pueden certificar como ocurre con los productos que utilizamos en Precontrol. Con la citada CERTIFICACIÓN se GARANTIZA que el trabajo está elaborado con los protocolos y productos que el Ministerio de Sanidad tiene contemplados, velando por la seguridad y la salud de la población.
Por éstos motivos el Grupo PRECONTROL no lo incluye normalmente entre sus protocolos.
No obstante se utilizará como medida adicional de tratamiento si la instalación en concreto lo requiere por sus características.
Fuente: Sanitas
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